Millones de mujeres marcharon en todo el mundo el pasado 8 de marzo para exigir el respeto de sus derechos, el fin de las discriminaciones, de los feminicidios y de la violencia de género, entre otras cosas.
El incremento de feminicidios ha visto un incremento preocupante en México y Colombia, mientras que en Afganistán e Irán los derechos de las mujeres han tenido restricciones importantes en los últimos meses, particularmente por la represión de sus respectivos gobiernos. Además, las crecientes restricciones al derecho al aborto en Estados Unidos han levantado preocupaciones sobre la pérdida de terreno en donde ya se habían ganado batallas para la libertad de las mujeres anteriormente.
En México se marchó bajo las consignas de “¡Ni una asesinada más!” y “¡Contra las violencias machistas y el trabajo precario!” El aumento de la violencia contra las mujeres es intolerable y requiere de soluciones inmediatas, no solo en materia de seguridad, sino en materia de educación para prevenir que el patrón de violencia continúe en las siguientes generaciones.