El mundo del ajedrez está de luto tras la muerte del legendario maestro soviético Boris Spassky a los 88 años, según confirmó la Federación Rusa de Ajedrez. Reconocido por sus enfrentamientos históricos con Bobby Fischer en plena Guerra Fría, Spassky dejó una huella imborrable en el juego. A pesar de haber alcanzado la cima como campeón mundial entre 1969 y 1972, siempre manifestó que el título no le trajo felicidad. Su estilo elegante y creativo lo convirtió en un referente estudiado por generaciones de ajedrecistas.
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Boris Spassky, campeón e ídolo mundial del ajedrez
Spassky protagonizó uno de los duelos más icónicos del ajedrez contra Fischer en 1972, cuando el estadounidense rompió la hegemonía soviética tras 24 años de dominio. Aunque perdió ese encuentro, su carrera continuó en la élite, y en 1992 tuvo una revancha ante Fischer en Yugoslavia, aunque el estadounidense volvió a imponerse. A lo largo de su trayectoria, Spassky recordó con orgullo varias de sus victorias, incluyendo las logradas con el Gambito de Rey, una apertura que utilizó magistralmente contra grandes jugadores como David Bronstein y el propio Fischer.
Su vida fuera del tablero no estuvo exenta de polémicas y dificultades. En 2010 sufrió un derrame cerebral y protagonizó un episodio dramático al denunciar que había sido retenido contra su voluntad en Francia. Finalmente, con la ayuda de sus amigos, regresó a Rusia, donde pasó sus últimos años. Spassky siempre reflexionó sobre el precio de la genialidad en el ajedrez, señalando que nunca hizo realmente feliz a nadie. Su legado perdura en la historia del ajedrez, inspirando a jugadores de todas las épocas.
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