En la localidad de São Lourenço do Bairro, en Portugal, explotaron dos tanques de vino, casi de forma inmediata, la bebida comenzó a fluir por una de las calles del pueblo creando así un río de vino tinto. Debido a la cantidad de vino, las autoridades del lugar lanzaron una alerta ambiental y tuvieron que intervenir los bomberos para evitar que el vino derramado confluyera en un río cercano. La destilería responsable del derrame de vino, Levira, asumió la responsabilidad y se comprometieron a llevar a cabo la limpieza de la localidad.
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