El 10 de julio de 2023, tres fisuras aparecieron en una pequeña montaña ubicada en la península de Reykjanes, Islandia, y comenzó a arrojar lava fundida y gases. En apenas una semana, el cráter creció hasta unos 30 metros de altura y se ha convertido en “el volcán bebé más nuevo de la Tierra” y ahora es una zona abierta a visitas.