La historia de Santa Claus tiene sus orígenes en el Mediterráneo, específicamente en la ciudad romana de Myra, ubicada en Turquía, durante los siglos III y IV después de Cristo. En esa época, vivió un obispo griego llamado Nicolás, cuya defensa del cristianismo ante el Imperio Romano lo llevó a convertirse en santo y patrón de marineros, comerciantes, niños y niñas. A medida que las tradiciones europeas se mezclaron con la historia de San Nicolás, su figura evolucionó y se adaptó en Europa, especialmente en Alemania y Países Bajos, dando origen a personajes como Ru-klaus y Pelznickel. En Estados Unidos, la imagen de Santa Claus se perfeccionó en el siglo XIX gracias a artistas como Thomas Nast, quien lo retrató como el personaje bonachón, barbón y vestido de rojo que conocemos hoy, viviendo en el Polo Norte con la misión de llevar regalos a niños y niñas de todo el mundo en Navidad.
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