Hace unos días, se dio a conocer el fichaje de Neymar en el club de futbol de Arabia Saudita, Al-Hilal. Tras cerrar el trato, el jugador brasileño tuvo que viajar de París a Raid ubicado en Arabia Saudita y como era de esperarse, Neymar viajó en un avión privado, sin embargo, no voló en cualquier avión privado, sino que voló “sólo” en un Boeing 747, uno de los aviones más grandes del planeta con capacidad de 400 pasajeros.

El avión también es conocido como Flying Palace, pues no sólo tiene acabados de oro, cristal, una oficina privada, salas de conferencia, entre otras amenidades. Sin embargo, el problema no fueron las humildes instalaciones del avión, sino cuando medios señalaron cuánto contaminó Neymar con este vuelo, pues generó 175 toneladas de dióxido de carbono, lo equivalente a lo que una persona promedio contaminaría por vivir 35 años.

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