Un tribunal canadiense ha señalado que a medida que más personas utilicen emojis, estos símbolos omnipresentes pueden tener implicaciones legales. De hecho, el tribunal determinó que el uso del emoji de pulgar hacia arriba era una respuesta concisa en la disputa entre un agricultor y un comprador. De acuerdo con el agricultor, el comprador había firmado un contrato y le enviado una foto, donde respondía con un emoji de pulgar hacia arriba, lo que significaba que el comprador estaba de acuerdo con el contrato, sin embargo, el comprador argumentaba que el uso del emoji signifcicaba que enviarían después el contrato compelto, lo revisaría y lo firmaría.
Al final, el tribunal reconoció que un emoji de 👍 es un medio no tradicional de ‘firmar’ un documento; sin embargo, bajo estas circunstancias, el emoji constituyó una forma válida de transmitir los dos propósitos de una ‘firma’.