Tras incursiones de “mafias mineras” del crimen organizado en una de las reservas indígenas más grandes del país, el gobierno brasileño ha iniciado operativos para expulsar a estos invasores de las tierras Yanomami. La situación para este grupo indígena empeoró bajo la presidencia de Jair Bolsonaro, quien promovió la “recuperación” de un territorio rico en minerales “que jamás debió habérsele otorgado” a los Yanomami.

 

La buena noticia

El gobierno de Lula ha anunciado públicamente que los Yanomami solo quieren paz, y que eso es lo que espera poder otorgarles. Los grupos indígenas en países colonizados suelen ser los más vulnerables, por lo que resulta imperativo en términos de justicia protegerlos de ataques como este. El que el gobierno de Lula tome acciones tan decisivas es un paso en la dirección correcta, aunque es poco probable que el problema tenga una resolución rápida o sencilla.

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