Tras la destitución de Pedro Castillo como presidente, Perú se ha visto atrapado en una serie de protestas con un nivel de represión que el país no había conocido en años. Las exigencias más radicales de los protestantes son la renuncia de la presidenta Dina Boluarte y de los legisladores del Congreso, sin embargo, un grupo más moderado ha exigido desde un inicio el adelanto de elecciones, ya que de lo contrario el país no tendría elecciones sino hasta 2025. A pesar de haber rechazado la propuesta múltiples veces, el Congreso de Perú se ha visto obligado a considerarla seriamente por el alza en la violencia.

 

La buena noticia

 

El adelanto de las elecciones implica una posibilidad para que el Perú encuentre algo de paz. Aunque la destitución de Pedro Castillo se dio por los motivos correctos, el manejo del nuevo gobierno de la crisis fue imperdonable. Es por ello que adelantar las elecciones podría ser una decisión acertada, ya que permitiría la entrada de un gobierno con legitimidad renovada.

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